lunes, 21 de febrero de 2011

Administración del Dinero


Muchas veces las personas piensan que ahorrar en una economía inflacionaria como la venezolana es una misión imposible. Sin embargo, todo es cuestión de organizarse apropiadamente para tener resultados positivos sin “sufrir” ahorrando.

Hay una definición de ahorro que la Real Academia Española (RAE) establece como: “Guardar dinero como previsión para necesidades futuras”. Se puede apreciar el gran significado que tiene para todos los ciudadanos de esta Nación, en especial las Amas de Casa quienes son expertas manejando las finanzas de sus respectivos hogares con criterio de escasez.

Lo importante es jerarquizar cuáles son las previsiones que requieran asignación de recursos, en qué lapso de tiempo deben hacerse, en dónde se van a guardar y cómo se van a obtener los fondos para tales fines.

Por lo anterior las previsiones serían alimentación, planes de salud privado, vestido, calzado, pago de cuotas de condominio, recreación y esparcimiento. El lapso de tiempo de las mismas debe ser fijado de acuerdo a las necesidades y los períodos de facturación para los cuales se debe programar los respectivos desembolsos.

En lo referente al lugar a dónde se guarden los recursos, se sugiere hacer una apertura de una cuenta de ahorro en una entidad bancaria debidamente autorizada por la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras. El monto inicial y los aportes periódicos pueden ser mayores o iguales al diez porciento (10%) de los ingresos brutos mensuales. Su propósito es usarla racionalmente; solicitar herramientas como depósitos a plazo fijo por un monto específico a treinta (30), sesenta (60) ó noventa (90) días para así ganar más en intereses al final de cualquiera de los períodos. Así mismo, al final de cada mes se generan intereses por dos (2) vías, la del plazo fijo y la del saldo disponible.

Con el transcurrir del tiempo, se obtiene una cifra razonable que se puede asignar dicho recurso a otras previsiones a la persona interesada. Imprescindible destacar disciplina y mucha fuerza de voluntad para desarrollar esta estrategia, siendo más responsables con el manejo del dinero al percibir ingresos y en el cumplimiento de las obligaciones.

jueves, 10 de febrero de 2011

Finanzas en Organizaciones sin Sines de Lucro I

La importancia del Manejo de las Finanzas en organizaciones sin fines de lucro es una labor que requiere dedicación, probidad y compromiso por parte de quienes la conforman.

El principal problema de los integrantes de este tipo de organizaciones, una vez definan su campo de acción (servicio comunitario, desarrollo profesional, actividades académicas, otro), es buscar fuentes de financiamiento que permitan su funcionamiento. A través del reglamento interno aprobado por sus miembros, puede establecerse cuotas mensuales por integrante o de aportes voluntarios donde se fije un valor mínimo y máximo. 

La elaboración de un presupuesto es el punto de partida, a través del cual se describen los ingresos y egresos. Cuando se presentan escenarios de déficit, se requiere buscar donaciones a través de recolección de fondos en la vía pública (previa autorización de la autoridad competente), programación de eventos de recaudación de fondos y venta de artículos con los cuales se puedan llevar a cabo las actividades definidas en su campo de acción.

Una vez logrado lo antes expuesto, es importante disponer parte de los fondos para constituir la personalidad jurídica, contar con la asesoría legal de un Abogado que redacte el documento y lo presente ante la Notaría Pública respectiva. Posteriormente, los representantes de la organización se dirigen al Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) para la obtención del Registro de Información Fiscal (RIF), con el cual podrán solicitar ante las empresas de los sectores público y privado donaciones de materiales e insumos con los que llevarán a cabo sus proyectos.

Resumiendo, se puede decir que todo buen manejo de las finanzas parte de contar con personas responsables en la administración de las mismas para elaborar el presupuesto cercano a la realidad, aprobado por todos o la mayoría de los integrantes de la organización y donde haya rendición de cuentas.