martes, 18 de noviembre de 2014

La Humildad



En mi época de estudiante universitario (1999 – 2007) tuve excelentes vivencias que hicieron posible un crecimiento como hombre y ser humano, de las cuales adquirí herramientas acerca de las relaciones interpersonales y de trabajo como la tenacidad, la constancia, la fortaleza, la paciencia, el aprender de los errores y la humildad.

¿Qué es la humildad? La Real Academia Española (RAE) la define como:

“1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
2. f. Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie.
3. f. Sumisión, rendimiento”.  

En lo sucesivo se hará referencia a la acepción Nro. 1. Partiendo de ella, se puede comprender que humildad no es sinónimo de pobreza socioeconómica sino de estar consciente de quien es y hacia dónde se va.

Suceden eventos en los que se formulan interrogantes acerca de las acciones de nuestros semejantes, las cuales tienen por propósito criticar sin revisar cuáles son las debilidades y fortalezas propias, específicamente cuando somos jóvenes. Cito una reflexión del Profesor Ángel Arellano al respecto: “Que alguien tire del bajante para aterrizar al mundo terrenal ese orgullo que emerge desde las entrañas de la juventud y, que tienta a los desconocedores, hablar sobre lo ignorado”.

Durante mi ejercicio profesional (2007 – presente), he ido aprendiendo a resolver problemas con una visión más holística, tomando en cuenta la importancia de mantener los canales de comunicación abiertos para el cumplimiento de los objetivos cónsonos con la ética y la moral. Siempre se aprende de algo de cada persona, sin importar su formación académica. Esa es la clave de la humildad, la conciencia en la acción y las palabras.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Perspectivas para el Año 2015



El año 2014 ha sido uno de los más controvertidos de nuestra historia republicana, en el cual ha economía se ha visto afectada por medidas económicas restrictivas con la implementación de la Ley Orgánica de los Precios Justos y del Sistema Cambiario Alterno de Divisas conocido como SICAD II.

Para acceder a las divisas del SICAD II, las empresas privadas deben cumplir con los siguientes requisitos generales de acuerdo al siguiente enlace de Banesco http://www.banesco.com/empresas/titulos-valores-empresas/sistema-complementario-de-administracion-de-divisas-sicad-2#.VGUE2GdwVQA: “Declaración Jurada sobre origen y destino de los fondos, de acuerdo con el modelo suministrado por los organismos supervisores. Cualquier otra documentación necesaria para satisfacer las exigencias de políticas de prevención de los delitos de legitimación de capitales o de delitos relacionados con la delincuencia organizada u el financiamiento al terrorismo”.

Una vez presentados los requisitos generales y adicionales ante la entidad financiera autorizada, las empresas deben poseer fondos suficientes en su cuenta, los cuales  se bloquean para adquirir las divisas solicitadas en la orden de compra y esperar el aviso de la adjudicación de las mismas, operación en la que el banco descuenta el monto en bolívares equivalentes al monto solicitado en divisa extranjera.

Se explica resumidamente el proceso de compra de divisas por el SICAD II, con el propósito de mostrar las dificultades que presentan las empresas para obtener las divisas necesarias en la compra de materia prima, insumos y repuestos importados en sus procesos de manufactura y/o servicios, ya que su flujo de caja se ve comprometido a la adjudicación de las divisas. La estabilidad financiera de las empresas se vería limitada y los puestos de trabajo con riesgo a reducirse ante el incremento de los costos laborales.

¿Cuál sería la solución en el corto plazo para minimizar este riesgo? Incentivar a la producción nacional, flexibilizar los trámites para la adquisición de divisas y generar seguridad jurídica. Corregir gradualmente con sensibilidad social las distorsiones ocasionadas por el control cambiario tomará tiempo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Servicio al Cliente en Venezuela



En la vida cotidiana, se oyen quejas acerca de la calidad de servicio o la atención del cliente en las dependencias públicas y en el sector privado. Se busca ser atendido en el mejor tiempo posible sin tener que esperar y el servidor debe ser la persona más atenta, inteligente y absolutamente eficiente. Por otro lado, los servidores esperan contar con usuarios que lleven todos los recaudos para sus trámites, sigan las instrucciones de los procedimientos, sean pacientes y atentos.

De buenos deseos está lleno el mundo, pero hay que tomar en cuenta aspectos tales como ponerse en el lugar del otro, ser pacientes durante la espera del turno y aplicar las normas del buen hablante y buen oyente. Las acciones se traducirían en resultados positivos.

¿Qué hacer cuando un servidor tiene una actitud hostil? Una actitud cordial del usuario ayudará a reducir el ambiente tenso, de manera de desarrollar el trámite a buen término. Es necesario tomar en cuenta el tiempo de labores al cual el servidor está expuesto en la atención del público.

¿Qué hacer cuando el usuario tiene una actitud hostil? El servidor debe hacer uso de sus habilidades para atender a cada usuario como una persona diferente, ser lo más explícito posible en palabras llanas y sencillas con una actitud cordial.

La queja común en nuestro país es la ausencia de educación de servidores y/o usuarios, según sea el caso. Es lamentable ver como excepción de la regla que servidores y/o usuarios sean educados y atentos.

¿Qué podemos aportar para mejorar la calidad en el servicio al cliente? Dejar de lado la descortesía, la trampa de fingir o exagerar problemas de salud o escasez de tiempo, cumplir con las instrucciones de los procedimientos, contar con una actitud positiva y respetar las normas de convivencia ciudadana. De esta manera los clientes y usuarios observarán gradualmente que el ser educado y atento con los semejantes, minimizarán las situaciones conflictivas.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Vivencias en Venezuela



Han pasado poco más de cuatro meses y medio desde mi última publicación. Han sido meses en los cuales el crecimiento personal ha estado a la orden del día. Entre tantas dificultades en nuestra nación, copié la iniciativa de unas amistades sobre publicar lo positivo que viera en la rutina. Confieso fue complejo iniciar esa faena, donde tuve críticas de gente cercana, que pensaba que yo había cambiado mi opinión sobre los asuntos nacionales. Les resultó incoherente de parte mía buscar aspectos positivos en la cotidianidad.

¿Es malo ver lo bueno dentro de las dificultades? Eso es una interrogante que cada quien debe responder. En lo que a mí respecta, mi respuesta es no, no es malo ver lo bueno dentro de las dificultades. En ellas aprendemos a salir adelante, adquirimos y/o desarrollamos herramientas para resolver problemas tales como el sentido de la austeridad, el valor del esfuerzo, la solidaridad, la humildad, la puntualidad y el cambio como constante en nuestras vidas.

¿Estoy aplicando el refrán de obviar la realidad? La respuesta es no ya que se debe mantener la salud mental a pesar de las distorsiones presentes en la cotidianidad. Existen hechos injustos en todos los ámbitos que nos sobrepasan, que debemos tener presentes sin dejar de vivir nuestras vidas. Los grandes cambios comienzan desde cada uno de nosotros, al respetar las normas del buen hablante y buen oyente, de convivencia y las leyes.

Cuando sacamos a pasear a nuestras mascotas y estas hacen sus necesidades de orinar y pupar, los responsables de las mascotas deben limpiarlas. ¿Qué ocurre en la actualidad? Muchos de ellos sacan las mascotas a la calle, para que orinen y pupen en la vía pública, ocasionándose daños en algunos ornamentos públicos y de edificaciones residenciales. Otro ejemplo es la contaminación sónica: gente que realiza fiestas en sus viviendas y mantienen la música a volumen excesivo toda la noche, irrespetando el descanso de sus vecinos.

Los ciudadanos residentes en Venezuela tenemos que reflexionar y corregir nuestro rumbo individual, aprendiendo a vivir en armonía con nuestros vecinos y nuestra naturaleza, evitar quejarnos sin aportar nada a favor de iniciativas positivas y ser agentes de cambios positivos día a día. De esta forma, lograremos poder enrumbar al país por la senda del desarrollo y progreso.