martes, 13 de mayo de 2014

La Vida Sigue



El título de esta entrada no hace referencia a la popular telenovela brasileña transmitida por Venevisión Plus, sino a las dificultades a las cuales los ciudadanos venezolanos se enfrentan día a día. Se podrían enumerar las mismas, pero se deben puntualizar en los más apremiantes, tales como la inseguridad, el desabastecimiento, la inflación y los servicios públicos.

En el apartado de la inseguridad se puede mencionar la personal, que impide el libre ejercicio de los derechos fundamentales contemplados en la carta magna de 1999, entre ellos el de la vida y la libertad económica. La violencia armada, los homicidios, los robos, los secuestros, el hurto y otros impiden el normal desarrollo del ser humano en su entorno individual y social.

Entre tanto el desabastecimiento, ocasionado por medidas económicas incorrectas a lo largo de quince (15) años, entre ellas el control cambiario y las expropiaciones de terrenos y fábricas, se ha acentuado en el curso del primer semestre de 2014. En la capital de la república se están presentando escasez de algunos productos básicos como el papel higiénico y servilletas. En las nueve (9) entidades federales fronterizas (Zulia, Táchira, Apure, Amazonas, Bolívar, Sucre, Monagas, Falcón y Carabobo) el desabastecimiento en sus capitales y demás municipios se observa con preocupación las colas para ingresar a establecimientos comerciales y luego pagar los productos buscados. En los sectores público y privado de salud, el suministro de equipos, repuestos e insumos presentan retrasos, incrementándose el tiempo de espera para los usuarios.

Con la inflación, el poder adquisitivo de los consumidores está en deterioro, trayendo como consecuencia que estos recurran al crédito para pagar gastos fijos como alimentación, pólizas de vehículos y de hospitalización y cirugía. Ello genera deuda crediticia la cual debe ser pagada en plazos que oscilan entre los doce (12) y treinta y seis (36) meses.

Entre los servicios públicos con deterioro, las autopistas y carreteras presentan huecos en su pavimento, existen carencias en la iluminación (de postes y/u ojos de gato) y el rayado es deficiente. Los frecuentes racionamientos del servicio eléctrico y de agua se han agudizado por la falta de inversión en ambos sectores, sus tarifarios generan déficit, falta de mantenimiento de las instalaciones y deficiencias en los respectivos sistemas de inventario. Tanto las ciudades como las localidades pequeñas sufren racionamientos severos de ambos servicios.

Las recomendaciones para solucionar estos problemas radican en promover la paz y reconciliación nacional, fortalecer la institucionalidad, liberar gradualmente el control cambiario, incentivar la producción nacional y finalizar convenios comerciales desfavorables para la república. Es cuestión de voluntad política. Entre tanto, la vida sigue.