miércoles, 4 de enero de 2017

Reconstruir

En Venezuela la actualidad ha generado comentarios tales como “éramos felices y no lo sabíamos”, “hay que rescatar los valores perdidos”, “hay que reconstruir el País” y muchas otras que deben hacer llamar a la reflexión de quienes portamos el gentilicio.

Lo primero que debemos (re)aprender son las normas de convivencia ciudadana entre vecinos, donde el respeto sea la pauta y no un acontecimiento extraordinario. Comprender al otro significa entender su posición más no estar de acuerdo siempre. La presunción de inocencia también es un aspecto escaso e inexistente. Es degradante ver a los dueños de perros paseando a sus mascotas en urbanizaciones, plazas y calles sin que estos recojan ni limpien los desechos orgánicos de estos. Si bien es cierto, las autoridades no pueden vigilar todos los movimientos de sus ciudadanos, pueden fomentar campañas de concientización al respecto con el apoyo de los medios de comunicación, amparándose en la Ley de Responsabilidad Social de Radio, Televisión y Medios Electrónicos (RESORTEME).

En el ámbito estudiantil se debe retomar la probidad al momento de realizar trabajos especiales de grado y trabajos de grado a niveles de Bachillerato y Superior (desde carreras cortas hasta Maestría). La práctica de pagarles a terceras personas se las hagan y ello plantea la necesidad de una reforma en las leyes educativas donde se sincere este punto. Es inaceptable que estemos egresando bachilleres y profesionales con esa irregularidad, donde el esfuerzo sea poner una nota aprobatoria sin revisar las fuentes citadas por los autores. A los docentes se les debe exigir más esfuerzo y en paralelo brindarle las mejores oportunidades para su formación y capacitación continua en el hecho educativo.

A nivel laboral, se debe derogar la inamovilidad laboral – vigente desde el año 2001- así como revisar y reformar la Ley Orgánica del Trabajo del año 2012 vía legislativa, para poner en igualdad de condiciones a los trabajadores y patronos. La mejor manera es mediante reuniones tripartidas entre sindicatos, patronos y el Estado. Es una lástima que en los sectores público y privado hayan personas incumplidas con sus labores y no puedan ser despedidas de manera justa y expedita en el marco de la legislación, cerrándose la oportunidad a gente con ganas de ser productivos.

Nuestra nación se recuperará en la medida en que el gobierno genere confianza, solicite financiamiento externo y este sea aprovechado de la mejor manera para fomentar la productividad. Sin embargo, el trabajo social para recuperar la cultura del trabajo será complejo, pero necesario e imperativo. Debemos corregir desde los altos niveles de poder hacia abajo y desde nosotros mismos hacia fuera. Al contrario es inviable. 

La Positividad Desmedida

En el inicio de cada año, es común desear lo mejor de los éxitos a nuestros semejantes, a pesar de las adversidades que puedan presentarse en el entorno externo. Es genuino desear lo mejor y conveniente saberlo hacer. Por ejemplo, sabemos que muchas personas pierden a sus seres queridos o le surgen dificultades en fechas festivas, lo correcto es desear fortaleza y ganas de salir adelante.

Ahora bien, existen tendencias dedicadas a expresar positividad – sí positividad – de manera superficial, sin significado razonado o explicado. La positividad, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE) es “la cualidad de positivo”.  La RAE define positivo como “Cierto, efectivo, verdadero y que no ofrece duda”. En ese contexto esta entrada, proponerse tareas certeras, tomando en cuenta los eventos reales versus los planificados y metas alcanzables.

Si se desea mejorar las relaciones interpersonales y se desconoce por dónde empezar, lo idóneo es buscar a un psicólogo, quien es el profesional de la salud mental encargado de orientar sobre el manejo de las emociones, dispone de herramientas válidas para ayudar a que cada quien realice su autoevaluación de las buenas y malas acciones, en aras a mejorar y corregir. A quienes tengan el panorama más claro, enumerar los pro y los contras para tomar buenas y mejores decisiones.

En cuanto a la condición física, la alimentación debe ser balanceando todos los grupos alimenticios, sin privarse de nada, con moderación. Es necesario conocer cuáles son aquellos alimentos que puedan afectar negativamente la salud. La ejercitación debe ser acorde a cada organismo y en caso de duda, consultar con el médico de cabecera. Todo exceso genera problemas, por ello es necesario cuidarse sin caer en extremos.

Queda hacer de cada día un propósito, ser agradecido con lo que se tiene en vez de estar lamentándose de lo que hace falta. De esa manera, se puede crecer cada día y tener un mejor bienestar. Desconfíe de todo aquello que sea una receta “mágica”.