Un título nada alentador, pero con un propósito
de compartir una idea sobre la actualidad venezolana.
Desde el martes 10 de junio de 2014 se
puso en marcha un cambio trascendental, reseñado escasamente por los medios de
comunicación impresos y las Escuelas de Economía de las universidades, como lo
ha sido el uso de tres (3) tasas de cambio para el cálculo de la base imponible
de los impuestos pagados por los importadores al momento de traer mercancía y
nacionalizarla. Dichas tasas son a seis bolívares con treinta céntimos (Bs
6,30) para las divisas compradas a la
Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) y a las tasas que se adquieren
en el Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD) I entre diez y
once bolívares exactos (Bs 10,00 – Bs 11,00) y el II
entre cuarenta y ocho y cincuenta bolívares exactos (Bs 48,00 – Bs 50,00) respectivamente, por cada dólar estadounidense. Ello trae como
consecuencia que las empresas comprometan su flujo de caja, destinando recursos
financieros en el pago de los tributos de las importaciones que pudieran ser
destinados en proyectos de mejora continua de sus procesos internos. El porcentaje
aproximado del ajuste cambiario oscila entre un sesenta y seis con sesenta y
seis (66,67%) y un seiscientos noventa y dos con seis por ciento (692,06%), con
lo cual el consumidor recibirá el efecto inflacionario en el corto plazo.
Por otro lado, el Gobierno Nacional
recaudará más tributos por cada importación, estabilizando sus ingresos para
cubrir déficits dentro de la Ley de Presupuesto Nacional 2014 por la
subestimación del mismo, con un nivel de gastos mayor que el de ingresos. Adicionalmente
se estima con la unificación de la tasa de cambio, su posterior liberación de
forma abrupta. Las devaluaciones y revaluaciones de una moneda pueden ser
positivas o negativas, de acuerdo al contexto de cada época. En el caso
venezolano, con un control cambiario que tiene más de once (11) años de
vigencia, una liberación no gradual del mismo y la posible minimización de
subsidios traerá inconvenientes en el poder de compra de la ciudadanía si no se
toman medidas complementarias para disminuir su impacto.
Venezuela, siendo un país con recursos
humanos y naturales, atraviesa por una situación económica sin precedentes por
la inadecuada aplicación de políticas económicas contrarias a la resolución de
los problemas cotidianos de sus ciudadanos (inseguridad, desabastecimiento,
desempleo, salud, otros). Los ingresos excedentarios fueron usados
inapropiadamente, se obvió pagar los pasivos laborales de la administración
pública (en los niveles nacional, estadal, municipal y entes autónomos) y demás
inversiones requeridas en el crecimiento y desarrollo del Estado Venezolano. Se
requieren consensos fundamentales para reactivar la economía en beneficio de todos
los ciudadanos. ¡Dios proteja y siga bendiciendo a Venezuela!