En la actualidad
venezolana, muchos extrañan las cosas buenas existentes antes del 2 de febrero
de 1999…comparadas con el año 2015. Refrescar la memoria es un ejercicio
positivo y realizado por pocas personas, para ver en la justa medida el balance
del pasado con respecto al presente.
Antes de la llegada al
poder – por la vía electoral el 6 de diciembre de 1998 - del chavismo, los
partidos políticos eran instituciones que estaban pasando por un proceso de
implosión en el cual sus directivas evitaron o retrasaron cambios dentro de
ellos, se desconectaron de la realidad de sus militantes y fomentaron una
cultura del clientelismo. No fueron ejemplo de vivir con humildad ni empatía,
aunque es importante destacar que hubo ejemplos honrosos de líderes con
seriedad y sensatez. La reducción de la diversificación de la economía nacional
desde 1974 al presente, acentuó la dependencia en la renta petrolera y trajo
como consecuencia la dependencia de las divisas que genere el Estado. Los controles
cambiarios de RECADI (1983-1989) y CADIVI (2003 al presente) trajeron prácticas
perversas en la asignación de las divisas extranjeras. La diferencia entre
ambos controles radica en que hasta 1999
había respeto a la independencia de poderes entre el Ejecutivo,
Legislativo y Judicial.
Se inició un proceso de
descentralización gradual desde 1979 con la elección separada de los Concejos
Municipales de los comicios generales. En 1989 se creó la figura de los
Alcaldes, los cuales serían electos junto con los Gobernadores por voto
universal directo y secreto. Los avances de la descentralización entre 1989 y
1998 fueron positivos, cada región se encargaba de los centros de salud y vías
de comunicación de la mano con el poder Ejecutivo Nacional. La construcción de industrias
básicas, escuelas, centros de salud, universidades y tecnológicos, fomento de
instituciones de educación (media, diversificada y profesional) privados, embalses,
electrificación de ciudades, pueblos y caseríos, entre otros, son los grandes
logros del período de cuarenta años previos al chavismo, que trajeron 40 años
de avance social a pesar de las adversidades.
Había plena producción
nacional en rubros como café, arroz, carne, legumbres, hortalizas, harina de
maíz precocida, leche, otros; productos de higiene y aseo personal de diversas
marcas; posibilidad de acceder a la adquisición de vehículo y vivienda, a pesar
de la inflación.
Hubo errores, hubo muchos
más aciertos de los que se han querido obviar, no todo era perfecto pero sí mejorable.
Lo que se sí añora es que había menos criminalidad que en la actualidad, más
abastecimiento de productos básicos, más oportunidades para todos en la medida de
las posibilidades de cada quien. Eso sí es lo que debe volver, junto con la
independencia de poderes públicos y los avances obtenidos con menos recursos
económicos invertidos eficientemente. El clientelismo, populismo y rentismo
deben ser erradicados de forma gradual en nuestra cultura, así como las
prácticas de relegar el disenso y a la generación de relevo en el liderazgo en
toma de decisiones dentro de las organizaciones político-partidistas que ayuden
a su mejoramiento continuo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario