La Segunda Mitad de la Vida

Esta frase tiene importante significación para cada ser humano, pero pocas veces nos ponemos a pensar en ello. Al comenzar a trabajar – sin importar títulos ni grados académicos – se inicia una etapa de empoderamiento en la cual se va ascendiendo en la escala social, adquiriendo responsabilidades como bancarizarse, acceder al crédito, comprar pólizas de salud, aportar en la compra de alimentos, otros.

En condiciones normales, se trabaja bajo relación de dependencia y posteriormente de forma independiente. Es allí cuando se comienza a pensar en la segunda mitad de la vida, en los aspectos personal y laboral.  Si bien es cierto en Venezuela la inflación ha hecho muy difícil poder realizar más proyectos como alimentarse, comprar vehículo y alquilar vivienda, los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 35 años de edad, piensan en buscar oportunidades en el Extranjero, dejando atrás a los afectos y el trabajo, comenzando desde cero lo logrado inicialmente. La actualidad venezolana sin duda genera estrés y ganas de emigrar sin planificar. Sin embargo debe evitarse lo último, ya que emigrar requiere organización: buscar desde el país de origen los recursos financieros y requisitos legales de cada país al cual se aspira mudar, ofertas de empleo, alquiler de vivienda y presupuestos para cubrir las necesidades de alimentación, salud, vestido,  calzado y planes de retiro.

Los eventos de la vida son de carácter fortuito, nos exigen hacer una programación con flexibilidad y holgura financiera, para reducir los contratiempos de diversa índole. La parte emocional es tan importante como la financiera, teniendo en cuenta el impacto – positivo y/o negativo – por el cambio de País y costumbres.

Cualquier decisión sobre permanecer o emigrar de Venezuela en la segunda mitad de la vida, debe ser respetada ya que dentro y fuera del País hay oportunidades y amenazas en el crecimiento personal y profesional, las debilidades se deben corregir para encontrar fortalezas y potenciar las ya existentes. La fuerza de voluntad, el cumplir con las normas dentro del País y/o en el Exterior, combinado con una actitud positiva, nos ayudan a seguir adelante.