En el inicio de cada año,
es común desear lo mejor de los éxitos a nuestros semejantes, a pesar de las
adversidades que puedan presentarse en el entorno externo. Es genuino desear lo
mejor y conveniente saberlo hacer. Por ejemplo, sabemos que muchas personas
pierden a sus seres queridos o le surgen dificultades en fechas festivas, lo
correcto es desear fortaleza y ganas de salir adelante.
Ahora bien, existen
tendencias dedicadas a expresar positividad – sí positividad – de manera superficial,
sin significado razonado o explicado. La positividad, de acuerdo a la Real
Academia Española (RAE) es “la cualidad de positivo”. La RAE define positivo como “Cierto, efectivo, verdadero y que no ofrece duda”.
En ese contexto esta entrada, proponerse tareas certeras, tomando en cuenta los
eventos reales versus los planificados y metas alcanzables.
Si
se desea mejorar las relaciones interpersonales y se desconoce por dónde
empezar, lo idóneo es buscar a un psicólogo, quien es el profesional de la
salud mental encargado de orientar sobre el manejo de las emociones, dispone de
herramientas válidas para ayudar a que cada quien realice su autoevaluación de
las buenas y malas acciones, en aras a mejorar y corregir. A quienes tengan el
panorama más claro, enumerar los pro y los contras para tomar buenas y mejores
decisiones.
En
cuanto a la condición física, la alimentación debe ser balanceando todos los
grupos alimenticios, sin privarse de nada, con moderación. Es necesario conocer
cuáles son aquellos alimentos que puedan afectar negativamente la salud. La
ejercitación debe ser acorde a cada organismo y en caso de duda, consultar con
el médico de cabecera. Todo exceso genera problemas, por ello es necesario
cuidarse sin caer en extremos.
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