Para nadie es un secreto que el aborto terapéutico como un hecho social, tiene múltiples aristas de análisis. Si hacemos un diagrama de árbol, estaríamos desarrollándolo por décadas. Es un asunto que involucra al hombre y la mujer, porque la vida se concibe gracias la unión del óvulo y el espermatozoide. Por ello, el hombre y la mujer deben ser corresponsables en esto.
Existe el contexto de la realidad que abruma, donde muchos hombres ejercen la paternidad irresponsable, concibiendo hijos por doquier sin hacerse cargo de ellos. Eso debe ser censurable desde todo punto de vista. De igual manera, es una irresponsabilidad que hombres y mujeres no usen métodos anticonceptivos al mantener relaciones sexuales, no solo por el hecho de evitar embarazos no deseados sino prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS).
El aborto debe ser analizado holísticamente, tomando en cuenta el Derecho, la Sociología, la Psicología, el Trabajo Social, la Medicina, la Biología, la Enfermería, la Antropología, la Estadística, la Teología, la Educación y la Historia. Es un tema que debe ser debatido de manera multidisciplinaria. No es “rasgarse las vestiduras” por una posición radical, sino buscar una solución justa para las mujeres.
En lo personal yo estoy en desacuerdo con el aborto terapéutico, sin embargo debe legislarse y reglamentarse. Entiendo que hay ocasiones que los ginecobstetras toman la decisión de emergencia del aborto terapéutico (en conjunto con su equipo), dependiendo de la etapa del embarazo de la paciente, cuando hay peligro sobre la vida de la madre o la inviabilidad de la vida del feto. Pero analicemos algunos escenarios:
Escenario 1. Producto de una relación sexual casual con un hombre conocido: La mujer decide practicarse un aborto terapéutico, sin informarle al padre del feto. Puede haber el supuesto que ella informe al padre, este puede decidir apoyarla con el aborto o el embarazo. Ambos ejemplos son difíciles para la mujer. Quien diga lo contrario, carece de la más mínima empatía.
Escenario 2. Producto de una relación sexual casual con un hombre desconocido: La mujer decide practicarse un aborto terapéutico, al no tener relación con el hombre. Es difícil, porque siempre hay consecuencias (positivas y negativas) con las cuales ella debe vivir por el resto de su vida. Allí debe haber empatía, no odio ni recriminaciones hacia la mujer.
Escenario 3. Mujer con una relación estable (matrimonio o unión de hecho) con un hombre: La mujer considera practicarse un aborto terapéutico porque tiene una relación con problemas de fondo con su pareja y él discrepa con esa idea. Podríamos decir la mujer aplica el argumento “mi cuerpo, mi decisión”. Es difícil, porque él podría oponerse por oponerse o realmente sí quiere ser padre (se desconoce si responsable o no).
Los Estados deben promover la Educación Sexual y la Planificación Familiar, a fin de reducir a la mínima expresión los embarazos en adolescentes, los embarazos producto de violaciones y las ITS. Nadie en su sano juicio quisiera tener a una amiga, esposa, concubina, familiar o conocida que quiera practicarse un aborto terapéutico, pero nos toca como sociedad ponernos en los zapatos de las mujeres en esa situación límite y dejar de juzgar. Los hombres también deben ser responsables con sus relaciones sexuales y decidir sobre el aborto terapéutico, en situaciones similares a los escenarios mencionados con anterioridad. El embarazo es un asunto del hombre y la mujer, no de 1 de los 2.
Considero que el aborto terapéutico - hasta las 12 semanas - debe tener 3 causales, con opción para el ginecobstetra quiera o no realizar el procedimiento, como en Chile:
- Producto de una Violación.
- Inviabilidad de la vida del feto.
- Peligro de la vida de la madre.
El aborto terapéutico es un procedimiento quirúrgico para salvar la vida de las madres con los 3 supuestos prenombrados. Hay países donde el aborto terapéutico es legal durante todo el embarazo y hay toda una estructura empresarial en esa área. Las leyes también velan por el Derecho a la Vida, apoyada en la Ciencia Médica, no solo privan los intereses económicos.