miércoles, 26 de febrero de 2014

Días Difíciles



Venezuela, un país con más de novecientos mil kilómetros cuadrados (900.000 km2), con un potencial agropecuario, turístico, manufacturero, hidroeléctrico y en hidrocarburos, debe repensarse como una Nación en la cual todos los ciudadanos tengas los mismos deberes y derechos, las mismas oportunidades para el desarrollo de todas sus capacidades en el ámbito personal y en el comunitario, en el marco del respeto por el derecho de los demás y el de sí mismos.

En el país hay deseos de superación de una ciudadanía cada vez más ávida de fuentes de empleo como emprendedores y empleados, donde haya estabilidad socioeconómica para poder hacer frente a las necesidades del día a día y realizarse. Hay un grupo en particular dentro de la sociedad venezolana como el de las Amas de Casa, las cuales tienen más de un (1) rol por desempeñar dentro y fuera de sus viviendas, entre ellos de Administradoras del presupuesto familiar. Lo manejan con un criterio de austeridad digno de respeto y admiración. Su secreto: saber jerarquizar las necesidades de su entorno. También son excelentes negociadoras ante conflictos dentro y fuera de sus hogares, en la continua búsqueda de la conciliación de posiciones opuestas a través de puntos comunes que lleven adelante una solución ante una problemática.

El mes de febrero de 2014 será recordado como un mes de cambios en la forma de pensar, en la forma de cómo debemos ponernos en el lugar del contrario y cómo convencer al contrario sobre nuestra posición para sumarlo, a través de inquietudes comunes con las que se pueda alcanzar acuerdos sólidos a lo largo del tiempo.

¿Cómo logramos ponernos en los zapatos del contrario? Conversando sobre el día a día propio y del contrario, viendo las semejanzas y diferencias sobre los problemas cotidianos tales como la inseguridad, desabastecimiento, desempleo, carencia de los servicios públicos elementales (salud, electricidad, agua potable, otros), sin caer en debates estériles de cómo comenzó una coyuntura en particular. Posteriormente, se debe desarrollar una secuencia de hechos evitando los adjetivos descalificativos, reconociendo lo positivo y negativo en un período determinado de tiempo.

Hecho lo anterior, en el marco del respeto y la fraternidad, se podrá convencer al contrario. Si se abre el diálogo a quienes piensen distinto a cada quien, es posible unirlos en una causa común. De continuar una polarización perjudicial para la ciudadanía, Venezuela, seguirá en una especie de deriva, sin rumbo definido.

2 comentarios:

  1. Ciertamente, el tema de la polarización es algo fatal a la hora de dialogar, de negociar y desde luego, de llegar a un acuerdo. Es realmente necesario pensar con claridad sin caer en sesgos pasionales que sólo fomenten las distancias y atornillen a las partes en sus posiciones. Es duro admitirlo, pero las polarizaciones sólo trae la inamovilidad del pensamiento.

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    1. Así es, la polarización trae discordia y disminuye la capacidad de pensar racionalmente. Como dirían algunas Maestras: "Pongan a funcionar esas células grises". Gracias por la participación.

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