sábado, 25 de julio de 2015

Saliendo al Paso

Esta entrada es muy personal, con respecto a las anteriores. En ocasiones, se tiende a decir la expresión “saliendo al paso” para indicar el fin de un(os) momento desafortunado(s), con adversidades y continuar con la cotidianidad de la vida. Ahora bien, los seres humanos tenemos defectos y virtudes para reflexionar, equivocarse, ser asertivo y empático.
 
En cualquier relación siempre ocurren altibajos por acción u omisión de una o ambas partes, se generan problemas que puedan generar controversia y con una comunicación fluida, sin prejuicios ni malas actitudes, se pueden solventar. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la gente se encarga de resaltar solamente los defectos de sus semejantes sin reconocer ni un ápice de sus virtudes? Al solo centrarse en los defectos, se generan disputas estériles y/o alejamientos de las personas.
 
Hay que aprender a convivir con defectos y virtudes propias y ajenas, de lo contrario estaríamos aislados, desmembrados de los diferentes círculos de socialización. Las controversias se deben dirimir en un ambiente de justicia y respeto, donde las diferencias personales no afecten los objetivos de cualquier institución – la familia, las organizaciones con y sin fines de lucro – para que esta se fortalezca y mantenga.
 
En ocasiones las personas me llaman “imprudente” o “muy imprudente”, lo cual es válido. Sé reconocer mis errores – es difícil, pero se hace – y aciertos. Mis respuestas en el pasado eran de indignación absoluta, pero he aprendido en la vida que se debe saber usar con moderación la imprudencia para resolución de conflictos. La gente es libre de pensar y decir lo que quiera, eso sí, a pensar bien en las consecuencias de lo pensado y expresado, evitando así incurrir en lo que se le critica a otros.

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