sábado, 8 de noviembre de 2014

Vivencias en Venezuela



Han pasado poco más de cuatro meses y medio desde mi última publicación. Han sido meses en los cuales el crecimiento personal ha estado a la orden del día. Entre tantas dificultades en nuestra nación, copié la iniciativa de unas amistades sobre publicar lo positivo que viera en la rutina. Confieso fue complejo iniciar esa faena, donde tuve críticas de gente cercana, que pensaba que yo había cambiado mi opinión sobre los asuntos nacionales. Les resultó incoherente de parte mía buscar aspectos positivos en la cotidianidad.

¿Es malo ver lo bueno dentro de las dificultades? Eso es una interrogante que cada quien debe responder. En lo que a mí respecta, mi respuesta es no, no es malo ver lo bueno dentro de las dificultades. En ellas aprendemos a salir adelante, adquirimos y/o desarrollamos herramientas para resolver problemas tales como el sentido de la austeridad, el valor del esfuerzo, la solidaridad, la humildad, la puntualidad y el cambio como constante en nuestras vidas.

¿Estoy aplicando el refrán de obviar la realidad? La respuesta es no ya que se debe mantener la salud mental a pesar de las distorsiones presentes en la cotidianidad. Existen hechos injustos en todos los ámbitos que nos sobrepasan, que debemos tener presentes sin dejar de vivir nuestras vidas. Los grandes cambios comienzan desde cada uno de nosotros, al respetar las normas del buen hablante y buen oyente, de convivencia y las leyes.

Cuando sacamos a pasear a nuestras mascotas y estas hacen sus necesidades de orinar y pupar, los responsables de las mascotas deben limpiarlas. ¿Qué ocurre en la actualidad? Muchos de ellos sacan las mascotas a la calle, para que orinen y pupen en la vía pública, ocasionándose daños en algunos ornamentos públicos y de edificaciones residenciales. Otro ejemplo es la contaminación sónica: gente que realiza fiestas en sus viviendas y mantienen la música a volumen excesivo toda la noche, irrespetando el descanso de sus vecinos.

Los ciudadanos residentes en Venezuela tenemos que reflexionar y corregir nuestro rumbo individual, aprendiendo a vivir en armonía con nuestros vecinos y nuestra naturaleza, evitar quejarnos sin aportar nada a favor de iniciativas positivas y ser agentes de cambios positivos día a día. De esta forma, lograremos poder enrumbar al país por la senda del desarrollo y progreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario