La popular expresión "Al borde de" encierra muchos significados sobre distintas situaciones límites de la vida cotidiana. En Venezuela se hace cada vez más invisible la frontera entre lo correcto e incorrecto, con los retos colosales para poder cubrir las necesidades básicas (alimentación, salud, trabajo). Las discusiones en las colas para poder adquirir algún producto, sacar la cédula de identidad, la licencia de conducir o el pasaporte, ir a realizar una gestión bancaria o pagar un servicio público de manera adecuada - sin colearse ni pagar "habilitaciones" - están en boga.
En vez de recurrirse a la reflexión o conversar sobre otros temas, se redunda en maximizar lo negativo y obviar lo positivo. Todo lo anterior compromete a desmejorar más la frágil salud mental, por lo que es necesario buscar actividades que nos desconecten de la realidad abrumadora que nos toca vivir. Se debe saber cuál es la realidad, evitando crearse y creerse embustes. El psicólogo paraguayo Ramón Torres escribió algo acorde en todo momento: "Cambie su modo de pensar y aunque todo siga igual...su vida cambiará para siempre".
La búsqueda de una solución es entender cuál es el problema, sus causas y las soluciones. Estas últimas no necesariamente son de corto, mediano o largo plazo, deben ser integrales y atender desde lo general hacia lo específico. La ética y la moral son los elementos vitales para contrastarse con los antivalores que aquejan a la sociedad. Sin un propósito de enmienda claro, el cambio positivo de conducta individual y colectivo se aleja.
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